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Reflexiones en Tai Tam

  • Writer: Rafael Frias
    Rafael Frias
  • Feb 18
  • 3 min read

Para Bruno


Salgo tarde. He desayunado ya. Pero me siento ligero. Voy por 80 minutos. Me hidraté y llevo geles y pastillas de sal. Son muchos años de este hábito. Empecé a correr para cambiar un sedentarismo que estaba afectando mi salud y me tenía de muy mal humor. Fue un gusto adquirido. Al principio no lo disfruté, casi lo odié. Bueno, ya me desvié y voy empezando. Decía que salí tarde.


La ruta empieza con una pequeña subida que corre del número 38 al número 1 de ‘Tai Tam Road’, y luego sigue hacia Repulse Bay Road hasta llegar a las escaleras que conectan con el acueducto, llamado ‘Lo Fu Shan Catch Water’. Subo las escaleras y al llegar al acueducto continúo trotando al ver que mi ritmo cardíaco va bajo. Voy por la vereda que acompaña la zanja contigua y que se sumerge hasta 2 metros. No lleva agua. La temperatura y la humedad altas me sorprenden. Hace unos días se sentía frío. En mi plan visualicé una primera parte suave, pero no fue así. “La realidad siempre se encarga de brindarnos algo diferente”, pienso mientras me aseguro de pisar seguro. En ese momento decido que grabaré cuatro reflexiones durante la carrera.


‘De ida’, grabo la primera frente a la presa inferior del sistema de embalses conocido como ‘Tai Tam Reservoir’. La ilusión y el frenesí de un comienzo es natural al ser humano. De ida ocurre en muchas dimensiones y con frecuencias distintas, desde nuestra vida misma, pasando por relaciones humanas, periodos escolares, carreras profesionales, paseos o carreras; también en el empezar de cada día, que en muchas culturas es considerado como un milagro. Así, grabo una pequeña reflexión diciendo mucho menos que esto que escribo, resaltando que la ilusión del inicio contagia un optimismo natural.


Sigo corriendo, aumenta mi ritmo cardíaco. Me topo con una colina; la primera de dos que conectan las presas inferiores con la presa superior. Decidí subirla antes de empezar a correr e incluso antes de saltar de la cama por la mañana. Esa subida me reta, me invita a recorrerla. Literalmente, a recorrerla. Y grabo la segunda reflexión. La combinación de la inclinación de la colina con el calor y la humedad provoca que jadee mientras hablo. Me esforcé más de lo planeado, sin embargo, veo mi sonrisa que se refleja en el teléfono. “Cuando crees que las cosas se ponen difíciles, considera que más adelante se ponen más difíciles”, me escucho decir y no puedo evitar recordar la famosa frase adjudicada al general Pancho Villa: “¡Ánimo cabrones! ¡Que más adelante está más feo!” Acabo la reflexión sugiriendo que hay que mantener la mente fresca para disfrutar el presente y enfrentar el futuro, que normalmente es más retador.


Después de la segunda colina, bordeé una de las presas y me dirigí hacia otro acueducto que se pierde entre las montañas que cruzan hacia ‘Repulse Bay Beach’. Fui y regresé manteniendo el ritmo cardíaco en zona 3, que en términos prácticos implica que el esfuerzo es medio. Bajé las 2 colinas tratando de ampliar la zancada y mantener la forma, para evitar lesiones y sobre todo para disfrutar la sensación de correr a mayor velocidad.


Grabo la tercera reflexión, ‘De vuelta’. Con paz y satisfacción. “Ir de vuelta es divertido, con la experiencia de saber lo que viene”, comento. Los objetivos concretos que faltan dan certidumbre al camino que falta por transitar. Acabo determinando que, en mi caso, todavía no voy de vuelta. Me ha atrapado esta idea en los últimos años. Cuando estoy grabando decido que aún me faltan ‘un par de subidas’ en mi vida. Con esta idea me dirijo hacia la parte final de la carrera. Acelero y mi ritmo cardíaco también se eleva, aunque sin mayor alteración, acompañando mi andar, cómplice de mis pensamientos, de mis impulsos, de mis recorridos varios, incluyendo los de domingo.


Termino fuerte, con la inercia natural que proveen las endorfinas. Salgo de la vereda del ‘reservoir’ hacia la parada del camión ubicada en Tai Tam Road, apenas un par de paradas del inicio de mi carrera. El camión pasa muy rápido; me había imaginado grabar el video mientras lo esperaba, pero la realidad se encargó de que me adaptara de nuevo. La reflexión ‘De término’ es en torno a lo que hacemos inmediatamente después de concluir una tarea. Invito a asegurarnos que agradecemos y nos congratulamos por nuestros logros, antes de saltar a evaluar nuestra andanza y a escrudiñar el resultado. “Es importante la evaluación, pero no lo más importante”. Celebrar ese pequeño logro, o ese gran logro es fundamental para nuestra paz espiritual. Ya más tarde, mucho más tarde, con números, evaluaremos si el resultado fue el planeado.



 
 
 

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